TRADUCCION DEL ARTÍCULO PUBLICADO EN EL PERIÓDICO ALEMÁN “BILD”

Munich, 21 Agosto 2000 / BILD- Página 3

 

RESIDENTE DE MUNICH SALE HUYENDO DE LA INDIA

De pronto, su Gurú quería sexo.

 

MUNICH - Jens Sethi era joven, ingenuo, y lleno de expectativas religiosas. En 1998, este residente de Munich, que trabajaba en ese tiempo en una imprenta, viajó a la India, la tierra de los gurús del hinduismo. El joven de 24 años estaba buscando una realización espiritual.

 

Encontró lo que buscaba. Sethi se rindió ante la fascinación de un gurú que ya tenía en ese tiempo 62 años de edad: Sathya Sai Baba

 

"Yo quedé totalmente fascinado por el aura de Sai Baba", dice él hoy. "Me entregué de una forma que pasaba mi tiempo mayormente concentrándome en él".

 

Todos los años viajaba, junto con su esposa, al ashram de Sai Baba por cuatro o seis semanas. Durante los tiempos de fiestas, más de 20,000 devotos se juntan en el lugar. La fascinación continuaba con Sethi a través de esos momentos externos, ya que nunca había podido acercarse al gurú durante los primeros años de sus visitas.

 

Esto vino a suceder en octubre de 1996, cuando Sethi finalmente decidió ir a la India y quedarse en Puttaparthi, cerca del ashram. Durante la reunión diaria de los devotos (conocido como Darshan), fue llamado a una entrevista por el gurú. Lo máximo que un peregrino puede esperar en el ashram.

 

Sethi disfrutó su buena suerte. Él, convertido en uno de los contados devotos que había sido personalmente seleccionado por el gurú. Pero la situación tomó un giro diferente a lo que él esperaba. Sethi llegó a la entrevista junto con su esposa. El gurú estaba insulto y despidió a la mujer.

 

Una vez solos en el cuarto, el gurú comenzó a besar al joven de Munich, lo acarició y le insertó la mano en los pantalones.

 

Atónito, pero aún lleno de fe e ingenuidad, Sethi aceptó dos encuentros más, unos meses después. De nuevo el gurú lo besó y finalmente le tocó sus genitales.

 

Fue entonces que el hombre salió huyendo y se regresó a Alemania. Le tomó tres años sobreponerse de la crisis y separarse mentalmente de su guía espiritual.

 

Durante ese tiempo él hizo investigaciones en el internet y se enteró de otros jóvenes del Reino Unido, Suecia, y los Estados Unidos que habían pasado por experiencias similares.

 

No fue hasta este verano que Sethi dio el paso final para escapar del hechizo del gurú: presentó una denuncia en contra Sathya Sai Baba en la oficina del procurador público en Munich por acoso sexual.