CARTA ABIERTA DE CONNY LARSSON
Para: Sathya Sai Baba
En Puttaparthi, India
Dedicación:
Esta carta abierta está dedicada a todos los verdaderos buscadores del
mundo, pasados y presentes, quienes audazmente ofrecen su vida por respeto a la
verdad. A los que arriesgaron ser aislados, perder sus trabajos, sus amigos, y
su reputación, exponiendo abiertamente sus experiencias a favor de la
protección de los inocentes buscadores que están en peligro por su afiliación a
la Organización Sathya Sai o al propio Sai Baba.
Para: Sai Baba:
Es Conny, el joven sueco, que llegó a ti en
Puttaparthi el 15 de marzo de 1978, el que escribe. Te escribo directamente
porque sé que no puedo llegar a ti a través de tu propia organización, ya que
todos ellos viven en negación de los hechos a los que el mundo entero está
despertando.
Si por casualidad te has olvidado de mí,
puede ser que me recuerdes como el ‘Crutch Boy’ (el muchacho de la muleta) o
aun como Sathya – tú me bautizaste con ese nombre una vez en una audiencia
abierta sin saber el profundo significado que este nombre tendría en un futuro
próximo a llegar. Ese nombre (Sathya) siempre ha quedado grabado en mi mente y
me ha mantenido sosteniéndome a la verdad aunque estuviese presente la
tentación de ganarme rápidos beneficios.
Cuando yo vine a ti en 1978, estaba
desesperado, debido al hecho de que había dejado a mi Maestro Maharishi Mahesh
Yogi en 1976, más que nada por razones pertinentes a la organización. En mi
tiempo con él me convertí en su secretario particular y me encantó el deber de
servir a un hombre santo con las mejores intenciones. Bajo su supervisión me
eduqué a mí mismo en Rishikesh en 1969 para convertirme en un maestro de
meditación en la antigua tradición de Shankacharya. El gurú suyo era el
Shankacharya de Jyotir Math. En los años del 76 al 78, emigré a Sri Lanka
debido al impacto que habían tenido en mí las enseñanzas Budistas.
Cambié de ocupación y me convertí en
constructor de ‘bungaloes’ de playa que eran vendidos a prominentes compradores
de todas partes del mundo. Todo terminó en la necesidad de sobornar a los
ministros para obtener permisos y que los contratos fuesen firmados. Cuando mi
conciencia me dijo que esto era totalmente erróneo, no podía continuar y me fui
retirando más y más de la empresa. Tratando aún de mantener mi sendero
espiritual, vi por casualidad una fotografía con tu nombre en una pequeña choza
en la playa de Beruwala y se me aconsejó que fuera a la India. Así lo hice,
después de haber hablado con varias personas acerca de ti. Mis expectaciones
eran altas. Las personas con quienes hablaba alababan tu gloria y me decían que
tú podías manifestar objetos de la nada con tu propia mano y también que eras
un AVATAR. Algunos me dijeron que eras
la encarnación del conocido Shirdi Sai. También que eras Dios en forma humana.
Cuando finalmente llegué a Puttaparthi,
marzo del 78, estaba totalmente exhausto después de dos días de viaje y la
temperatura era de cuarenta y dos grados centígrados en la sombra. No había
mucha gente, quizás unas mil quinientas personas en total y tú te dirigiste
directamente a mí en el Darshan (reunión de feligreses en las afueras del
templo) y me dijiste: “¡Oh, ya viniste!
¿De dónde vienes?” Yo respondí: “De Suecia, Señor”. Tú respondiste: “¡No, no!
Tu vienes de Sri Lanka.” Te sonreíste y seguiste caminando dejándome totalmente
aturdido...Me había impresionado tu apariencia y la extraordinaria persona que
ya me habían dicho que eras...Después de esto me quedé con mis propias
fantasías.
Durante los cuatro días que estuve, vagué
por el Ashram, leí libros, escuché alabanzas e historias que te hacían lucir
como “El Divino en Persona”. La propaganda era masiva y hecha de una manera
suave y placentera. Entre las reuniones al aire libre, se nos sirvió lo mejor
de alimentos vegetarianos mientras aún no salíamos del asombro, después de tus
manifestaciones de la ceniza sagrada – “vibhuti” que varias veces llevaste a cabo.
Todo parecía tan simple para ti y siempre
tenías una sonrisa para mí, y yo, como todos los demás, entré a filas para
amarte como nos eras presentado, es decir el “Divino en Forma Humana”.
Bendecido por todo esto, regresé a Sri
Lanka pensando que éste era mi nuevo camino...Ahora sí que no tenía interés
alguno en continuar la construcción en Sri Lanka. Una empresa Sueca que quería
adueñarse de la empresa me ofreció veintidós millones de dólares por ella.
Para ese momento ya yo había estado varias
veces contigo en 1978 y quería establecerme en Puttaparthi permanentemente para
estar cerca de ti. Yo quería vender la empresa a beneficio de la construcción
de un nuevo hospital para los pobres y para los visitantes que lo necesitaran.
Yo estaba preparado a dárselo todo a la Organización si tú lo hubieras querido.
Mi sólo interés era permanecer cerca de ti.
Prontamente comenzaste a llamarme para
varias audiencias y me convertí en una persona muy notada en el ashram. Los
otros devotos no sabían qué estaba ocurriendo entre tú y yo en el privado de la
sala de audiencias. Ni yo mismo lo sabía, sólo te creí cuando me dijiste que
eras Dios y que me estabas ayudando con mis problemas del proceso del Kundalini.
Esto lo encontré algo extraño, especialmente ya que lo hacías tomando mis
genitales y algunas veces frotándoles aceite, después, masturbándome y
pidiéndome que te lo hiciera a ti. También me hiciste sexo oral varias veces;
siempre parecías disfrutarlo inmensamente. Cuando me pediste que te hiciera
sexo oral yo me negué, debido a mi pasado en el que fui sexualmente molestado
cuando niño.
Un amigo de mi padre alcohólico me
molestaba sexualmente los viernes por la tarde, cuando yo tenía entre cuatro y
ocho años. Fuiste noble en no forzarme. En su lugar, continuaste haciéndome
sexo oral a mí hasta 1983. Para entonces ya yo tenía 34 años y me había salido
de la zona de tus intereses sexuales. Cuando yo era niño y me molestaban
sexualmente yo reaccionaba haciendo lo que se me pidiera para salvarme la vida.
Por lo que la primera vez que me abordaste, aunque fue con un suave toque de tu
mano en mis genitales, reaccioné de alguna forma instintiva y cerré la puerta a
mi conciencia. Dejé de escuchar mi voz interna porque no quería perder tu
divina imagen.
Toda la gente que habías empleado a tu
servicio estaban haciendo sus esfuerzos en construir la imagen tuya como Dios
viviendo y moviéndose en la tierra para beneficio de la humanidad, se supone
que tú seas puro amor y que no tengas deseos personales ni lujuria más que el
de traer alegría a la humanidad. Por supuesto que yo me creí todo el concepto,
de inocente que era.
Ahora te tengo unas peguntas.
¿Estabas consciente del miedo que activaste en mí cuando me acosaste
sexualmente? Si eres la persona que quieres que creamos que eres ¿no se te
ocurrió que en lugar de estar dándome felicidad y amor solamente invocaste mi
temor al nivel más profundo? ¿Estás consciente del hecho de que yo dejé de oír
mi voz interna desde ese momento y me convertí en tu prisionero por veinte
años?
Desde ese día yo estuve totalmente en tus
manos y tu organización me mantuvo allí usando palabras de amor y sabiduría. En
lugar de reaccionar como un ser humano normal, comencé a alabarte todo el
tiempo que estaba despierto. ¿Estuviste consciente de que me estabas violando
espiritual y físicamente y que me molestaste durante todos esos años?
Yo llegué tan lejos que me convertí en el
Coordinador Espiritual de tu organización. Fui a conferencias, hablé por radio,
escribí un libro, traje a miles a tus pies.
Di pláticas por todo el mundo y conté la bella historia de mi relación
contigo y tu misión. En todas partes las personas vinieron a oír por cientos,
sí, algunas veces hasta miles. Seguí pensando que éste era mi deber, como
siempre me dijiste. Esta relación especial contigo era mi más profundo secreto
y te creí cuando me dijiste que yo era el único merecedor de ese trabajo tan
especial.
Yo estaba tan oriundo por la atención que
me estabas dando, que perdí el sentido de la realidad. Durante el tiempo que
fui tu prisionero, regalé mi empresa en Sri Lanka. Regresé a Suecia arruinado a
petición tuya en 1980 y comencé el hogar para drogadictos y criminales, el cual
todavía manejo y se ha convertido en un instituto muy conocido.
Durante los años que le siguieron a 1983,
cuando se dio por terminada tu relación física conmigo, yo simplemente serví y
serví como oficial de guardia en tu organización, aunque las ‘campanadas del
advertencia’ repicaban de vez en cuando.
Tantas veces te vi hacer trampa en tus
manifestaciones, tantas veces. Te vi cometer actos de mala conducta con otros
jóvenes, ¡siempre creí que me estabas probando como devoto! Nunca permití los
pensamientos de que estaba mal hecho. Para mi todo era bendiciones, el toque
divino o ‘lilas’ (juegos).
Fue a finales de 1986, cuando por primera
vez me reuní con jóvenes que habían tenido experiencias similares, que me
empecé a preguntar si esto estaba mal. Una vez me pediste que participara en
una entrevista en el privado con uno de mis pacientes del instituto. Yo creía
que querías que tradujera, pero lo que querías era que yo participara mientras
acosabas sexualmente al joven, quien en ese tiempo tenía 23 años, rubio y
hermoso. De alguna forma tú creías que las experiencias de mi infancia me
habían convertido en bisexual. Y ahora querías que yo tomara parte en tu juego
con el joven. Antes de que yo pudiera reaccionar, el propio joven te empujó y
salió de la habitación dejándonos a ti y a mí solos. Tú solamente encogiste los
hombros y dijiste: “¡Qué lástima, no entiende el Sparshan!” (la manera física
de Dios con él) ¿Necesito decirte que el joven regresó a su tierra y nunca más
quiso saber de ti, ni quiso regresar, aunque yo le ofrecí pagarle el viaje?
¿Necesito decirte que el joven cayó más y más profundamente en una depresión
incurable relacionada principalmente con esa traumática experiencia contigo y
que terminó suicidándose? Aun así, mi voz interna no se despertó y continué
escondiendo de mi conciencia el trauma de mi niñez.
¿No podrías haber hecho que yo me diera cuenta de mi subconsciente de
una forma diferente? ¿Tenías que usar a mi paciente
para tus actividades sexuales y por lo tanto convertirme a mí en un proxeneta
tuyo? No podría haber sido esto realizado de una manera más espiritual, si era
ésa tu intención?
¿Recuerdas en Puttaparthi, en 1980, cuando me fracturé la rodilla y
viene a ti con muletas en la reunión del Darshan del 25 de diciembre? – cuando
me llamaste en el complejo y me pediste que soltara mis muletas y caminara, y
así lo hice delante de todo el mundo? ¿Recuerdas cómo después me llamaste para
audiencia, después de la enorme respuesta que recibiste del público que creyó
que había visto un milagro? ¿Recuerdas cómo me dijiste que no le hablara a
nadie de esto, dándoles a ellos la oportunidad de crear su propia historia,
como en realidad hicieron? Desde ese momento me llamaste el ‘Crutch Boy’, (el
joven de la muleta) y me mandabas a buscar en cuanto querías impresionar a un Doctor
o a un Ministro, etcétera. De nuevo me usaste para hacerle creer a la gente que
eres divino.
¿Recuerdas cuando vine a ti en Puttaparthi después de unos años de
ausencia y traje conmigo a mi prometida? Vinimos para que bendijeras nuestro
matrimonio. Durante la entrevista me preguntaste si yo sabía lo que le pasaba a
la mantequilla en el fuego. Te contesté que se derretía. Tú me miraste
profundamente a los ojos y dijiste: “¿Quieres derretirte?” Tú te estabas
refiriendo a mi novia como el fuego. Inocentemente te dije: “No, no quiero
derretirme”. Entonces me dijiste: “No
te cases, tú me perteneces a mí, estás casado conmigo.” Te volteaste hacia mi
prometida y le dijiste que me dejara. Por supuesto, ella te obedeció, al igual
que todo el mundo, se quedó en la India y se convirtió en la amante de tu
intérprete, Anil Kumar.
Por años la tuviste en la India indicándole
que Kumar se iba a divorciar de su esposa y casarse con ella. Ella te escribía
cartas diariamente, que tú recibías en Darshan, en las que ella te hacía
preguntas sobre este hombre una y otra vez. Siempre dices que tú mismo lees
todas las cartas. ¿Por qué no le contestaste que ella nunca se casaría con este
hombre? Ella fue usada todos esos años, al igual que todos nosotros, para tu
beneficio propio. Ella se convirtió en una fábula en la India y tu fuiste
partícipe en llevar a la mujer con quien se suponía que yo me casara al bajo
nivel de satisfacer los deseos sexuales de tu intérprete.
Cuando me enteré de esto, un par de años
después, intervine en el asunto y ella finalmente terminó su relación con
Kumar. Después fue amenazada de muerte y se le avisó que se mantuviera callada.
Ella aún vive en Puttaparthi negando lo que le ocurrió.
¿Valió la pena? Destruir el amor entre dos jóvenes, separando al uno
del otro y regalando a uno de ellos, como amante, a un hombre mayor que ya
tenía esposa y dos hijos. ¡Con qué propósito hiciste
eso, Baba? A fin de cuentas ¿de qué te sirvió?
Los que estábamos verdaderamente dedicados
a ti, realmente creíamos en el programa de los Cinco Valores Humanos que fue
estructurado por el Dr. Gokak e incorporado a tus enseñanzas. Comenzamos
escuelas en todas partes del mundo para educar a niños para la llegada de un
nuevo orden mundial, donde tú serías la luz que guiaría a través de este mundo
cruel. Todos vinimos a ti con nuestros corazones abiertos y ofrecimos nuestro
servicio a quien pensamos que era la pureza personificada, la encarnación de la
generosidad y el desprendimiento, Dios en la Tierra. Todos estábamos absolutamente
convencidos.
Según fueron pasando los años, comenzaron
los rumores de tus trampas en tus manifestaciones y también que habían
aumentado tus actividades sexuales con muchachos cada vez más jóvenes. Tus
propios estudiantes tanto en Brindavan como en Puttaparthi comenzaron a
confrontarnos a los occidentales con las desagradables noticias de nuestro
Dios: tú, Sai Baba.
Poco a poco me fui dando cuenta de estar
siendo engañado por una organización en la que siempre me sentí incómodo de
formar parte y de ahí en adelante mantenía mis oídos y mis ojos bien abiertos
cuando visitaba la India y en especial Puttaparthi. Cada vez que estaba en la
India y Puttaparthi trataba de establecer contacto con los muchachos que veía
que eran llamados para audiencias.
Durante los años, había un muchacho alemán,
en especial, que siempre era llamado. Hice amistad con él y lentamente la
historia se fue revelando. El había tenido por lo menos cien entrevistas en los
últimos cinco años y cuando le pregunté si Sai Baba le había impartido
enseñanzas espirituales en algún momento durante esas entrevistas privadas, su
respuesta fue que no. Según nos fuimos conociendo más y más el uno al otro, me
di cuenta que tú solamente tuviste actividades sexuales con el joven a
diferentes niveles durante las entrevistas privadas. Tú aparentemente se lo
explicaste al pobre chico como que era algo que él necesitaba para poder elevar
su Kundalini. También sé que le dijiste al joven que no hablara con nadie, que
se mantuviera en su cuarto mientras estuviera en Puttaparthi y que sólo fuera a
los Darshans. El pobre chico te obedeció. Excepto cuando vino a hablarme. El
había notado que con frecuencia tú parabas y me hablabas durante el Darshan,
esa fue la razón por la cual él, poco a poco, desarrolló una confianza en mí y
comenzó a hablarme sin miedo de ser castigado por ti.
Yo le conté toda mi historia, no le escondí
nada y él había tenido la misma experiencia de ser escogido por Dios para un
propósito en particular, para el que estaba siendo preparado mediante las
actividades sexuales que estabas teniendo con él. Esta vez yo estaba
completamente convencido de que algo andaba muy mal, pero no sabía cómo salirme
de la trampa.
Cuando regresé, en enero de 1999, me
encontré a un joven sueco metido en la misma trampa que el joven alemán.
Entonces decidí hacer todo lo posible por encontrar una valiosa conclusión que
me aguantara durante la tormenta interna que a paso lento, pero firme, me
estaba llegando.
El joven escogido como juguete del momento
era conocido como ‘Golden Boy’ (muchacho de oro), debido a las múltiples
supuestas manifestaciones que tú le habías otorgado durante sus ocho
entrevistas. El se acercó a mí pidiéndome ayuda para entender qué era lo que le
estaba pasando, ya que el Dr. Jargon Möölgard, de Suecia y Coordinador Nacional
de la Organización Sai de Suecia, no quiso oír los problemas del muchacho
contigo. No ayudó al pobre muchacho y éste vino conmigo. Yo acababa de llegar a
la India con mi pequeño grupo y nos encontramos con un gran grupo de Suecia que
creía y pensaba que el joven era muy singular y había sido especialmente
escogido por Dios. La verdad era que él, como todos nosotros, estaba siendo
usado solamente para tu placer sexual y tu satisfacción. Pasamos noche tras
noche comparando experiencias y llegamos a la conclusión de que estas acciones
a las que habíamos sido sometidos eran sólo de naturaleza sexual. Nunca hubo
nada de espiritualidad en nuestra relación contigo. Los dos habíamos sido
usados.
Mientras tanto, tú le ‘manifestaste’ 1,000
dólares para que pudiera pagar por su boleto e irte a visitar en Kodaikanal en
junio de 1999. Le dijiste que esta vez trajera a su madre. El joven se regresó
en total confusión y yo también. De todas formas, decidí que si él se regresaba
a la India, yo lo seguiría, ya que él había solicitado mi ayuda, como persona
conocida que yo era en la organización Sai...Francamente, yo había decidido
protegerlo para que no lo molestaras más. Regresamos en junio de 1999. Su madre
iba a ir también, pero después. Llegamos a Puttaparthi con los ojos bien
abiertos, ansiosos por averiguar qué era verdad y qué no. No te demoraste mucho
en llamarnos, debido al ‘Golden Boy’. Enseguida te le viniste encima, tan
abiertamente flirteando, que otros comenzaron a darse cuenta de lo que estaba
pasando, y después de tu segunda y última entrevista con el muchacho, se hizo
tan obvio, que las personas comenzaron a reaccionar y cuestionar qué era lo que
estaba sucediendo. Ya no cabía duda, pero por nuestra propia seguridad
decidimos mantenernos callados hasta que saliéramos de la India de una vez y
para siempre, puesto que nuestra relación contigo ya estaba aclarada. No había
duda de cuáles eran tus intenciones con nosotros.
Todos fuimos usados y tal parece que todos
los líderes tenían conocimiento de esto, pero callaban, por el hecho de ser tan
destacados o por lo que fuese.
Cuando regresamos a nuestro país, el
‘Golden Boy’ se dirigió a todos los líderes de la Organización Sathya Sai de
Suecia con el propósito de que se hiciera una reunión en la cual esto pudiera
ser ventilado y aclarado. Yo fui invitado, al igual que otras víctimas a que
compartiéramos nuestras historias. La reunión escandalizó a la Familia Sai de
Suecia y la mayoría dejó la Organización y a ti, Sai Baba, directamente.
Algunos se negaron a creer y se quedaron como los nuevos líderes de la
Organización.
Desde entonces, se está corriendo la voz
por todo el mundo y víctimas de todas partes están saliendo de las sombras
contando prácticamente la misma historia acerca de ti. Por todo el mundo tu
nombre y el de tu organización están siendo puestos en la lista de inmundicias.
No hay vuelta atrás y tu nombre y reputación siempre serán las de: “El hombre
que se llamó a sí mismo el Avatar de Avatares pero demostró ser un simple
sujeto con deseos sexuales por muchachos jóvenes. El hombre que le mintió al
mundo entero usando el nombre de Dios y el amor como herramientas. El hombre
que usó el conocimiento y la sabiduría de otros como propios y pretendía ser
una luz de guía para la humanidad. Finalmente expuesto por los inocentes a
quien molestó.”
Cuando me bautizaste como Sathya (Verdad)
parece que no sabías con quién estabas tratando. En mi infancia fui traicionado por adultos, perdí mi voz y la
habilidad para hablar, pero podía rogarle a Dios que me ayudara. Tomó años, se
probó de diferentes maneras, hasta con las tuyas, pero finalmente triunfó la
verdad y yo fui traído de nuevo a mi propia voz interior y por lo tanto a mi
relación con el Dios interno. Ahora ofreceré esto como testimonio para todas
las personas del planeta, especialmente para los chicos jóvenes y sus padres –
que no dejen que sus hijos vayan a Puttaparthi o a ningún lugar donde tú, Sai
Baba, residas, ya que todos se arriesgarían a ser colocados en tu altar de apoyo
al sexo, Baba.
Tú puedes alegar que estos actos son
comunes en la cultura de la India. Lo siento, nosotros contestaríamos que hasta
tú tienes que cumplir con las leyes de tu país, como tú mismo nos dijiste a
nosotros que teníamos que hacer. Cultura o no cultura, a nosotros en el
occidente nos place anunciarte que apoyaremos el Sanathana Dharma (la eterna
rectitud); aunque a tu gente no le importe, nosotros protegeremos el patrimonio
de Bharat (India).
Esta carta para ti, está escrita
directamente por mi mano y puede ser usada como affidávit si es necesario, por
cualquier corte del mundo que lleve este caso a juicio. Con mucho placer
también te cuento, Baba, que yo atestiguaré como víctima directa de las
acusaciones cuando sea que se me llame a hacerlo. Ya no voy a estar parado
detrás de la ‘cortina de la vergüenza’ ni tampoco lo estarán los otros cientos
de jóvenes de todas partes del mundo.
Te pedimos, Baba, que te retires de la
auto-proclamación de ser Dios y les confieses a todos que los engañaste, que tú
eres un simple ser humano con deseos que quieren ser satisfechos como los
tenemos todos.
Que estés tratando de cubrir tu
homosexualidad muestra que eres débil y que no estás actualizado en lo que está
sucediendo en el mundo de hoy. Hoy en día tenemos los valores humanos de las
Naciones Unidas protegiendo la comunidad homosexual, esto es conocimiento
público. No tienes que esconderte tras una máscara de Dios para satisfacer tus
deseos. Tú eres tan carismático y encantador que podrías encontrar contactos
con compañeros sin tener que engañar a niños y a un mundo entero. Sé audaz,
Baba, como al fin lo somos nosotros, deja tus miedos, que el amor está ahí aun
para personas como tú.
El mundo espera ansiosamente que bajes de
tu trono Divino, al piso del verdadero servicio a la humanidad como un igual.
Las personas que han cambiado el mundo como Mahatma Gandhi, la Madre Teresa,
Nelson Mandela, Martin Luther King y muchos más, nunca necesitaron que se les
viera como dioses. El ser servidores los satisfizo. ¿No es también tu aforismo,
“Sirve a Todos, Ama a Todos”? en lugar de “Daña a Todos, Viola a Todos”, que es
una tendencia que tú y tu movimiento tratan de justificar diciendo abiertamente
que tus violaciones y tus acosos son de una naturaleza divina. Nunca te
preocupaste por saber cómo nos sentíamos o que estábamos pensando. Nos dijiste
lo que éramos y esperabas que aceptáramos tu definición. Lo siento, no
podíamos, no si íbamos a vivir como seres espirituales.
Ya no decimos Sai Ram. Ahora decimos ¡SHIVA
RAM! A sabiendas de que la verdad triunfará.
Sinceramente, con la esperanza de que esto
mejore,
CONNIE LARSSON
Director del Instituto Kärnan
Tostebo Gods
61040 Gusum
Suecia
Teléfonos 0046/123 23048, Fax 23015
Quienquiera que lea esto y necesite apoyo
puede entrar en contacto conmigo a través del grupo Lifeline que ha sido creado
para el apoyo de todo el que necesite ayuda para dejar el movimiento de Sai
Baba.
Esta carta abierta puede ser enviada y
usada en cualquier circunstancia oficial siempre y cuando el contenido
permanezca intacto y sea presentado en su totalidad.