MATADERO EN LA RECÁMARA DE BABA
Por Ernest C. Owen
21  de Octubre del 2001

  El homicidio de seis devotos en las habitaciones de Baba en el templo de Prasanthi Nilayam el 6 de junio de 1993, nunca fue resuelto ‘oficialmente’, por el hecho de haber sido reprimidas las investigaciones por el gobierno de la India, de acuerdo con los deseos expresados por ashram. El libro de 800 páginas ‘Asesinatos en la Recámara de Sai Baba’ por el escéptico B. Premanand, expone los crímenes presentando todos los datos conocidos y su posible significado, incluyendo las peticiones a la corte por el propio Premanand y deposiciones oficiales, además de un vasto surtido de reportes periodísticos, 16 páginas de fotos a color mostrando la escena del sangriento crimen y otro material relevante.

  Muchos hechos quedaron sin ser investigados, o fueron encubiertos, mientras que testigos de importancia no llegaron a ser cuestionados (incluyendo al propio Sai Baba quien estuvo presente, pero quien nunca contestó pregunta alguna ni de la prensa ni de los investigadores del episodio). Un perfil bastante breve y consistente de los hechos principales puede ser relatado en forma de resumen, aunque es contundentemente evidente que se mostró que la policía había mentido una y otra vez y que el Fideicomiso Central, las autoridades del ashram y la organización Sai permanecieron silentes en cuanto a todo lo ocurrido. Ante todo, nadie que lea esto con una mente abierta puede negar la profundidad de la comprometida participación de los oficiales de alto rango de Sai y especialmente la identidad de un culpable mayor, un hermano menor de Sai Baba, Janaki Ramiah, quien, mediante estos hechos,  demostró su control sobre los asuntos principales de su hermano y sin duda alguna ha asumido control de la gerencia y manejo de la enorme cantidad de bienes del Fideicomiso Central Sathya Sai, además de tener sus propios millones obtenidos a través de la especulación de propiedades.

  En la noche en cuestión, cuatro ayudantes de Baba batallaron, en la planta baja del templo, con cuatro personas, que se presume trataron de entrar a la fuerza para ver a Sai Baba, cuando se les negó el acceso (dos de los cuatro asistentes deberían, como es costumbre,  pasar esa noche en el templo y cuidarlo). La causa exacta de la pelea, además de que fuera una intrusión, y el hecho de que si la muerte de alguno de los defensores estaba planeada, nunca ha sido definitivamente establecida. El resultado fue que dos de los ayudantes murieron y dos quedaron seriamente heridos en una pelea con cuchillos, mientras que el estudiante de 14 años que estaba con Baba en su recámara de la planta alta se escapó ileso. 

  Después de ponerle el cerrojo a la puerta, el estudiante que estaba con Baba (o el mismo Baba) activó la alarma que consiste en una sirena de alto volumen y ambos salieron apresuradamente de la habitación. Cómo fue que después los estudiantes intrusos entraron en el cuarto de Baba y se encerraron, según se ha relatado varias veces, queda por averiguar. Pero una vez adentro, le pusieron los cerrojos a todas las entradas al apartamento y se encerraron herméticamente. Si esto no fue en creencia de que Baba todavía estaba adentro, por lo menos se estaban protegiendo de la enojada multitud que ya se había formado.

  Al parecer, un policía se encontraba cerca del lugar de los hechos, pero abandonó miedosamente la escena. No apareció otro policía hasta por lo menos una media hora después de que había sonado la alarma, pero mientras tanto la gente del pueblo, los residentes del lugar, los visitantes extranjeros y como 60 de los estudiantes de Baba rodearon el templo. Alrededor de una hora después de aparentemente no hacer nada, durante la cual la policía y los ayudantes del ashram, los Seva Dal, finalmente colocaron un cordón alrededor del área, algunos de los estudiantes de Baba, ayudados quizás por algunas de las personas del pueblo forzaron la puerta del apartamento de Baba para capturar a los cuatro asaltantes.

  Subsecuentemente, según un testigo presencial que estuvo allí en todo momento, un oficial del banco que fue entrevistado por la BBC, un hermano menor de Sai Baba (Janaki Ramiah) tuvo una conversación de diez minutos con Sai Baba y el Coronel Joga Rao en la habitación localizada en el  lado opuesto del templo a donde Baba se había escapado. Los estudiantes que habían atado y supuestamente golpeado a los cuatro intrusos, se alejaron cuando la tardada policía, supuestamente guiados por un oficial ebrio, llegó al lugar de los hechos. Justamente después, según el oficial de un banco que fue testigo presencial reportó, Janaki Ramiah ordenó que mataran a los cuatro intrusos que habían tratado de asesinar a Baba diciendo “Vallani kattesinaru, champeyundira...” “Ya están atados, ahora mátenlos”.

  ¿De qué se puede haber tratado la conversación entre Baba, su hermano y el Coronel Joga Rao por diez minutos mientras que los cuatros asaltantes yacían atados y ensangrentados en el suelo de la recámara de Baba?

  Después de esto comenzó el hermetismo y el encubrimiento de la policía...que resultó ser un enredo como el de las películas silentes al estilo de Keystone Cop. Lo que surgió como el reporte mejor sustanciado fue que, después de dispararle a los cuerpos atados de los cuatro supuestos asaltantes (quienes habían sido severamente golpeados y estaban en estado de gravedad o ya muertos), la policía debió haber movido los cuerpos, arreglado su vestimenta, etcétera. Esto evidentemente para aparentar que los tiros disparados por la policía habían sido en defensa propia, según se alega en el Primer Reporte del Inspector del Incidente. Este reporte fue contradicho después por investigadores oficiales y hasta cierto punto hasta por Sai Baba en un discurso. De acuerdo con los análisis de jueces independientes (notablemente del abogado de Nueva Zelandia Warren C. Pyke) y los investigadores de criminología, el reporte era indiscutiblemente falso en muchos de los detalles y la escena del crimen había sido recompuesta. Parte de la evidencia permanece incierta o sin exactitud, que también se debe a que los resultados de investigaciones posteriores fueron mantenidos en silencio, gracias a la intervención directa del gobierno.

  Contradictoria a la declaración del Inspector de la policía local, está la de V. Jagadish, quien observó la puerta forzada antes de que llegara la policía y además la de D. Peddireddy, quien dijo que él fue el que rompió el tablón de madera que aguantaba la puerta y al hacerlo, encontró los cuerpos ya muertos en la habitación. La ausencia de daño según el Inspector y la levedad de los daños según otro policía no coordinan con la historia del forcejeo y la necesidad de abrir fuego. La posición de los cadáveres y las heridas de  balazos a quemarropa no coordinan con la versión de la policía. La naturaleza de las heridas de balas en los cadáveres es totalmente consistente con disparos hechos desde muy cerca. Tampoco coinciden con el relato de la policía de un acto de defensa propia  a corta distancia el número de disparos ni la posición de las balas.  Independientes y fidedignos testigos, como Balachandra, Sahani, Varva, etcétera, dicen por igual que los disparos se oyeron a la 1 a.m., que concuerda con el reporte post mortem en cuanto a la hora de muerte, pero que contradice la evidencia policiaca de las 11.30 p.m. por hora y media.  

  Además de todo lo anterior, las fotografías de los cadáveres tomadas en la habitación de Baba muestran muchos detalles que no podrían ser explicados si el relato de la policía fuese verdad. Una foto muestra un lati (tolete) de policía ensangrentado, un tramo de manguera gruesa sobre el piso y dos barras de madera sobre el sofá de Baba (que probablemente fueron usados para hacer una camilla para mover los cadáveres a la posición en que fueron puestos en otra habitación), para lo que no existe explicación por parte de la policía. La distribución de la sangre en las habitaciones y en los cuerpos a veces no concuerda con la versión de la policía en cuanto a dónde y cómo murieron las víctimas. Pedazos de la ropa de las víctimas (supuestamente usados para atarlas y luego cortados después de la balacera) ¡fueron encontrados en otra habitación! Y así sucesivamente... la policía enredó muy seriamente el resto de las investigaciones, evitó que se entrevistaran testigos, recogió evidencia que era obvia, etcétera, probablemente con el propósito de encubrir sus propias huellas. En cuanto a esto, es obvio que no fueron nada exitosos. Continúe a lectura....

¿En quién puede uno realmente confiar?

  Entrevistas de la prensa con las familias de las cuatro víctimas y con otras personas que los conocían bien durante sus numerosos años de servicio a Sai Baba se mostraban unánimes en su opinión de que todos ellos estaban profundamente dedicados a Sai Baba – dos de ellos habían sido asistentes cercanos de Sai Baba. Existe abundante evidencia de que los cuatro intrusos, que la policía alega que eran asaltantes con el propósito de asesinar a Sai Baba (aunque esto fue negado públicamente por el propio Baba y por personas allegadas a ellos), eran todavía devotos de toda fe que tenían otro propósito para llegar a Sai Baba esa noche.  

Hay otra pregunta que surge en la mente de cualquier buen devoto: “¿No fue esta siniestra Divina Comedia de los cielos también presentada y presidida por el Divino Director, como son todos los otros eventos del ashram según la mayoría de los devotos que creen en la auto-proclamada omnipotencia de Baba? ¿O es que esta omnipotencia ni siquiera se extiende hasta sus propios estudiantes y el personal del ashram (cuando no es conveniente)?” La respuesta de los absortos devotos probablemente sería: “Swami escoge cuándo intervenir y cuándo no y no podemos comprender sus motivos misteriosos y divinos.” Este tipo de mistificación pone a Sai Baba por arriba de la ley (la que él dice que siempre respeta) y toda clase de estándares humanos, pero ¿no hace esto también que él no parezca ni humano, aunque sin el cuidado normal, la compasión y hasta el valor?  

  El Departamento de Investigación Criminal del Buró Central eventualmente tuvo que hacerse cargo del asunto debido al la inquietud pública por el encubrimiento de la policía y del ashram. Sus investigaciones comenzaron a descubrir algunas de las muchas irregularidades sobre las cuales tanto el ashram como la policía se negaron igualmente a comentar. ¡Aunque uno de los testigos principales, Sai Baba, nunca fue oficialmente cuestionado! 

  El hermano de uno de los supuestos asaltantes, un trabajador de Sai y ex jefe de seguridad del ashram, Vijay Prabhu, y su compañero de trabajo Ravindra (antes uno de los ayudantes más cercanos a Baba), cayeron bajo sospecha de complicidad con los intrusos porque se encontraron explosivos y  venenos en sus viviendas y fueron perseguidos por toda la India por un mes hasta que finalmente se entregaron en Nagpur para evitar el peligro de ser liquidados por la ya muy comprometida policía de Andhra Pradesh. De acuerdo con la prensa, ellos explicaron que la intención de los cuatro que fueron muertos a tiros por la policía había sido la de presentar a Baba pruebas acerca de una gran corrupción que existía en el Fideicomiso Central y entre los actuales asistentes de Baba. Ellos no tenían ninguna intención de hacerle daño a Sai Baba, a quien ellos estaban dedicados y por quien habían sacrificado excelentes carreras.

  El caso completo fue finalmente invalidado mediante la intervención de la más alta autoridad de la India el Home Minister S. B. Chavan, quien había sido llamado para que visitara a Sai Baba tan pronto como el encubrimiento por parte de la policía se hizo lo suficiente transparente como para que tomara el caso el Departamento de Investigación Criminal del Buró Central. Sai Baba alegó en su discurso de Gurupurnima que no había habido tal atentado en contra su vida. Él continuó divagando de una forma muy confusa acerca de los intercambios con su ayudante Radhakrishna acerca de tomar leche agria, visitar el poblado, etc., evitando cualquier explicación real por medio de la predicación acerca del mal cardinal de los celos “en todas las esferas de la vida en el mundo de hoy”, que dijo estaba detrás del incidente. Añadió, como justificación por los asesinatos: “El propósito final es la única cura para ello”. También defendió a todos los miembros del Fideicomiso Central en cuanto a las alegaciones de corrupción (aunque tengo informes muy confiables de que despidió a varios de ellos por eso mismo cuando ya el asunto se había calmado lo suficiente). Sin embargo, Baba puede inadvertidamente haber puesto al descubierto algo de la verdad detrás de la confrontación al decir en el mismo discurso que Radhakrishna le había dicho: “Swami quizás tenga algunas dudas de que yo salgo y hablo con los demás”. Hechos encubiertos de corrupción en el meollo del asunto fueron alegados por varios otros de los involucrados. Baba también expuso la muerte de Radhakrisha como sucedida a las 10 p.m., una diferencia de varias horas con el reporte de la policía.

  El Home Minister Chavan visitó A Baba de nuevo cinco veces más durante los siguientes meses antes de que pudieran librarse del asunto mediante una orden confidencial del gobierno ejecutada por el Ministro Jefe de Andhra Pradesh de cerrar el caso de los asesinatos y ocultar más de cien fotografías (confiscadas por el miembro de la policía K.V. Reddy) y también el reporte del Departamento de Investigación Criminal del Buró Central. El hecho de que esto no se pudiera hacer público dice mucho y es una indicación de los sorprendentes niveles del manejo de un poder corrupto que fueron usados para poner un alto a la verdad y salvar la reputación de Sai Baba. El Secretario del Fideicomiso Sathya Sai le había pedido a Chavan que soltara el asunto ya que podría dañar la imagen de Baba, lo que ciertamente deja a cualquier persona honesta con la pregunta de que cómo es que la verdad podría dañar la imagen de Baba.

  Nueva información dramática.

  El hecho de que la policía fue presionada para que le disparara a los cuatro supuestos asaltantes a sangre fría por los oficiales del ashram y el Fideicomiso Central, y no menos por el hermano de Sai Baba Janaki Ramiah es conocido por el autor mediante una fuente interna extremadamente confiable que habla de diario con Sai Baba. Esa fuente me informó que las autoridades del ashram sabían, y podían comprobarlo, que la policía le había permitido a los dos asesinos de una alemana devota en su nueva habitación en el ashram antes de 1993, que se escaparan a cambio de decirles dónde estaba escondido el dinero por el cual la asesinaron (cerca de 80,000 rupias). La policía se quedó con el dinero y esto se convirtió en un instrumento de chantaje contra ellos. Esto es conocido como chantaje criminal. El caso de la devota alemana nunca se aclaró, su único ‘crimen’ fue el no haber escondido propiamente, mientras regresaba al ashram a través del poblado, el dinero que había retirado de su cuenta en el State Bank de Puttaparthi para pagar por la renovación que le había hecho a su nueva habitación. Sai Baba había salido un día antes y las autoridades del ashram evacuaron a todos los visitantes extranjeros del lugar en muy poco tiempo para poder encubrir el incidente, lo que es práctica común después de que ocurre un asesinato.

  El que escribe ha estado involucrado con Sai Baba por décadas y ha pasado mucho tiempo con él en sus ashrams, y es debido a eso que me ha tomado tanto tiempo después de 1993 llegar a aceptar y hacer un ajuste de los increíbles hechos del incidente descrito en párrafos anteriores. En otra oportunidad, cuando se considere conveniente, la fuente interna del ashram de la que proceden los hechos centrales de esta información, además de subsecuentes detalles, será revelada. Esos oficiales de alto rango y hasta los estudiantes que más o menos están ‘al tanto’ son aún, en su mayoría, prisioneros de las circunstancias, muchas veces con miedo a perder la fe de un social y  psíquicamente poderoso e imperioso ‘hombre-dios’. Unos pocos de ellos puede que se hayan librado del embrujamiento y el miedo a la posible retribución para atreverse a hablar, y espero que un futuro lo puedan hacer. Yo sé que la mayoría de los devotos regulares se encuentran en las mismas circunstancias de no sentirse libres para hablar acerca de muchos de los hechos y de sus dudas y no están, por muchas razones personales, dispuestos a ver más allá de las buenas frases y las buenas obras de Sai Baba, de las cuales es de admitirse ha habido y aún hay muchas.

  Mientras tanto expresemos nuestras condolencias a todos los penosamente acongojados y maltratados en este asunto, que no se les ha permitido recurso a la justicia o ningún otro tipo de compensación de ninguna clase y no menos que esto a los innumerables seguidores de Sai Baba que han sacrificado tanto de su tiempo, energía y no menos dinero con tan buenas intenciones y confiable fe (sin olvidar que los buenos servicios sociales y las obras son en realidad financiados y llevados a cabo por ellos). El lamentable proceso de la auto-liberación de la persona y símbolo de Sai Baba como Dios principal – que no puede ser evitado debido al gran conflicto que existe entre sus palabras y sus acciones -  puede que sea largo y doloroso, sin embargo, una mayor autoestima, confianza en sí mismos y auto-conocimiento pueden ser logrados

  “Murders in Sai Baba’s Bedroom” por B. Premanand. Precio India Rs. 400/-, Extranjero US $40/- (porte pagado). Publicado por B. Premanand. 11/7 Chettipalayam Road, Podnadur. 641 023 Tamil Nadu, India. Envíe giro postal o giro bancario para su copia.