EL ASESINATO EN EL COLEGIO
UNIVERSITARIO
DE SATHYA SAI BABA
por Narendra Nayak
El 20 de febrero de 1987, el cuerpo de un
joven fue encontrado en un hoyo en la tierra en Alike, un pequeño poblado cerca
de Mangalores en el estado de Karnataka.
Se hace la observación al lector
que la foto que aparece en este vínculo puede causar un fuerte impacto: ***VER FOTO***
Una multitud se comenzó a formar y el
cuerpo fue identificado como el de Lokayya Pujari, un estudiante de primer año
del Colegio Universitario a cargo del Fideicomiso Sathya Sai Lokashikshana.
Este poblado, por cierto, es un centro de actividades de Sathya Sai Baba. Un
complejo educacional bajo el nombre de Fideicomiso Sathya Sai de Lokashikshana con una escuela primaria,
secundaria y preparatoria que es operado por dicho fideicomiso.
El fideicomiso es el propietario del terreno y los edificios. Los gastos de la institución son pagados por el gobierno, ya que es una institución con subsidio gubernamental. Y así, a costo del estado, el fideicomiso lleva a cabo sus actividades las de un culto, lavando el cerebro de los estudiantes para que crean en Sai Baba como Dios.
El cuerpo hallado fue después confirmado como el de Lokayya Pujari por la
ropa que traía puesta. Esto explicaba también el hecho de que hacía dos días
que el estudiante había desaparecido. El cuerpo quemado yacía sobre su espalda
y debajo de éste se detectaron el asa de un cubo y los residuos de la ropa a
medio quemar. De su cuello colgaba una cadena con un relicario con la foto de
Sathya Sai Baba. Aunque los poderes divinos de la deidad no pudieron salvarlo
de su prematuro y violento final.
Inmediatamente, las autoridades del fideicomiso entraron en acción
etiquetando el caso como suicidio e influyendo de esta manera al oficial mayor
que también era devoto de Sai Baba y tenía un hijo que ya llevaba algún tiempo
en el colegio.
La gente comenzó a hacer preguntas pertinentes de cómo era que el incidente
no había sido notado cuando sus compañeros estaban durmiendo a sólo unos metros
de donde el joven se había inmolado. No recibieron respuestas. De hecho el
cuerpo había sido encontrado a sólo unos metros de la cabaña en la que el joven
residía junto con otra media docena de estudiantes. Era sorprendente que nadie
hubiese notado nada.
Otra pregunta que suscitó era ¿por qué un estudiante como Lokayya, que era
también el presidente de los scouts iba a suicidarse? Económicamente su familia
no estaba nada mal, de hecho, el joven traía trescientos rupias con él.
Enseguida se procedió a llamar a sus padres y a cremar el cadáver. Sin
embargo, debido a la insistencia de las personas allí presentes, el cuerpo no
fue cremado sino enterrado.
Era muy extraño que sólo el frente del cuerpo y la cara se hubiesen quemado
y que no hubiera ninguna indicación de esfuerzo en el suelo que se hubiese
notado si él se hubiera prendido fuego con algún combustible, sin contar el
recipiente que todavía hubiera estado allí. Cuando se corrió la noticia de lo
sucedido, los ciudadanos locales se juntaron en protestas contra tal
injusticia.
Éste no era el primer caso de las jugueteadas de la gerencia del
fideicomiso. Unos años atrás, ellos habían parado de un golpe la admisión de
mujeres como estudiantes. Siendo éste el único plantel en la comarca, esta
acción privaba a las jóvenes locales de la oportunidad de recibir algún tipo de
educación. La lasciva actitud de Sathya Sai Baba encontraba que educar hombres
y mujeres en la misma aula podría ser causa de distracción. De todas maneras la
sostenida campaña de los locales y el apoyo de varias fuerzas progresivas del
distrito, finalmente forzó a la directiva a abrir salones para mujeres. Aunque
los terrenos y los bienes habían asido donados por la gente del lugar, nunca se
les daba la oportunidad de expresar su opinión.
Uno de los propietarios locales era Sri Madiyal Nayana Bhat, un gran devoto
de Sai Baba. Hacía algunos años que él había fallecido en un accidente
automovilístico cuando iba camino al ashram de Baba para revisar los arreglos
para la inminente visita de Sai Baba al plantel. Cuando esto sucedió, se cantaron
bhajans mientras se circulaba alrededor de su cuerpo en la esperanza de que el
todopoderoso Sai Baba lo resucitara. Sin embargo los poderes de Baba no le
respondieron y el difunto fue cremado. Sai Baba canceló su visita al plantel. Aunque era un ferviente devoto de Baba,
Narayana Bhat era muy razonable para otras cosas y era gracias a su trabajo que
el fideicomiso funcionaba bien. Después de su fallecimiento comenzaron a haber
problemas.
La agitación de la gente local tuvo que ser controlada por medio de la
policía.
Fue necesario hacer una huelga de hambre frente a la estación de policía
para que el caso fuese registrado como muerte no natural.
Una carta anónima a la policía describía las circunstancias que condujeron
a los hechos.
Lokayya Pujari era un chico muy tranquilo, siempre estaba apuntado entre
los buenos en las notas que llevaba la gerencia y siempre estaba dispuesto y
ansioso por ayudar.
Un día cuando los maestros estaban fuera, unos estudiantes compraron
bebidas alcohólicas y carnes, las trajeron al plantel y allí las consumieron.
Lokayya Pujari había fielmente reportado el caso a las autoridades y como
resultado, algunos de los estudiantes fueron suspendidos. Cuando se juntaron de
nuevo hubo pleitos entre ellos y se fueron a los puños. El guardián del lugar
estaba cuestionando los acontecimientos y mientras averiguaba le dio un golpe a
Lokayya. Lokayya, cayó muerto instantáneamente. El guardián, junto con otros
que estaban envueltos en el problema le echaron queroseno al cuerpo y le prendieron
fuego tratando de hacerlo pasar como suicidio y librándose así de toda culpa.
La ausencia de una nota y la evidencia circunstancial no revelaban la muerte
como suicidio. La influencia de Sathya Sai Baba, sin embargo, lo podría hacer
pasar como tal. Hubo también una alegación de que Sai Baba y los más allegados
a él usan a los estudiantes para actividades homosexuales, que Lokayya los
había sorprendido y que el asesinato se llevó a cabo para encubrir el caso y
destruir la evidencia. Debido a la fuerte opinión pública, el gobierno del
estado llevó a cabo una investigación por medio de su cuerpo de detectives,
pero los resultados no llegaron a nada.
La poderosa fuerza que circula alrededor de Sai Baba convirtió la
investigación en una farsa.
Recientemente, el fideicomiso ha demostrado su intolerancia de otra manera.
Al actual rector del colegio universitario le toca retirarse en abril de 1988.
El candidato que le sigue, de acuerdo con el sistema de lista que llevan, es
una persona de casta, Sri Dundappa L. Bangode. Incansables esfuerzos se están
llevando a acabo para mantenerlo fuera del cargo, ya que sería un anatema para
ellos tener a un ‘intocable’ a la cabecera de su escuela.
La muerte de Lokayya no es la única que ha ocurrido en este campus. Todos
los años ocurren muchos incidentes, pero la mayoría permanecen sin ser
reportados, gracias a la influencia política de Sai Baba con el gobierno y la
policía local.
Ya es hora de que se lleve a cabo una investigación de los sórdidos asuntos
del fideicomiso Sri Sathya Sai Loka Shikshana Trust en Alike, Distrito de
Dakshina Kannada, Estado de Karnataka y otras instituciones educacionales
manejadas por Sathya Sai Baba.
Veremos a ver si la ley y la justicia es igual para todos los ciudadanos de
la India sin tomar en consideración su estado social, influencia o dinero.
Traducido del
original en inglés en: http://www.myfreeoffice.com/saibabaexposed/index.html